Lecciones de Vida
Yasna Provoste: “La disciplina del deporte me ayuda a poner la fuerza en el equipo”
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Hace algunos días tuve que aislarme por ser contacto estrecho. Ahí, alejada del ruido de la campaña pensé, ¿para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué postergar a mi familia? Creo que la respuesta es precisamente esa, la familia.
Veo a Chile como nuestra gran familia que vive un dilema decisivo: avanzar en paz o arriesgarnos a perder todo lo avanzado. Las alternativas de los extremos no nos ofrecen un buen futuro. Una derecha que no quisiera avanzar en nada y una izquierda que quisiera cambiarlo todo. Si este país también tiene cosas buenas.
Recorriendo las regiones apoyando en la segunda vuelta a los candidatos a gobernadores regionales de la centro izquierda, una comunidad indígena de Loncoche me pidió que fuera candidata, eso mismo se repetía en cada ciudad que visitaba.
Cuando yo vi que en la primaria de la derecha y de la izquierda la inmensa mayoría del país se quedó en la casa, es decir no tenía una alternativa desde el centro y la moderación, decidí que tenía que participar en la consulta ciudadana de la centro izquierda y resolver también la indefinición que había en ese momento en mi sector.
No es una buena noticia que sea la única mujer candidata a la presidencia. Yo creo que las mujeres hemos luchado y nos hemos ganado el derecho a participar.
A ratos hace falta escucharnos y construir en conjunto. No se trata de una competencia de egos. Una campaña presidencial es también una oportunidad para hacer pedagogía, para construir diálogo social, para construir con la comunidad.
Mi principal adversario son los extremos, le hacen mal a Chile. Generan violencia, inestabilidad y sufrimiento. Nuestro país no resistirá una derecha que propone orden sin cambios, ni una izquierda que no ofrece nada más que cambios sin orden.
Muchos han reclamado contra el legado de los 30 años, del cual forma parte la Presidenta Bachelet. Algunos transformaron la palabra “acuerdo” en un pecado. Yo me siento heredera del período en que la centro izquierda hizo los mejores gobiernos de los que tengamos memoria, con crecimiento económico, justicia social, menos pobreza y más oportunidades.
Muchas veces me ha tocado trabajar 12 ó 14 horas diarias. En campaña he llegado a trabajar hasta 20 horas seguidas. Esto no es distinto a la realidad que viven muchas mujeres que llegan a sus hogares cuando los hijos ya duermen o llegan a hacer labores domésticas.
Encuentro energía en mi tierra, en el sol del norte, en el frío y el té caliente del sur. En el enorme cariño y de la esperanza que siento en cada lugar al que voy. Creo que mis ancestros diaguitas me ayudan mucho a ser resiliente, la disciplina del deporte me ayuda a poner la fuerza en el equipo y la comunidad.
Lo que más me ha costado son los debates, eso de tener un minuto para referirse a temas complejos me cuesta mucho. No me acomoda tratar problemas complejos en una “cuña”, estos necesitan buenas explicaciones, contextos e ideas”.